El niño interior y las relaciones: cómo influye en nuestra vida cotidiana.

El niño interior y las relaciones: cómo influye en nuestra vida cotidiana

¿Qué es el niño interior en psicología?

El niño interior es un concepto utilizado en psicología para describir la parte emocional más profunda de nuestro ser, aquella que conserva las memorias de la infancia: alegrías, heridas, aprendizajes y formas de vincularnos.

Carl Jung lo describía al hablar del “niño divino”, esa representación de inocencia, creatividad y vulnerabilidad que todos llevamos dentro. Reconectar con nuestro niño interior no significa “revivir el pasado”, sino comprender cómo nuestras experiencias tempranas condicionan nuestras emociones y comportamientos actuales.

La importancia del niño interior en las relaciones

Cuando establecemos vínculos, no solo participa el adulto que somos hoy. Nuestro niño interior también se hace presente: trae consigo heridas, carencias y necesidades que buscan ser reconocidas. Esto explica por qué, a veces, reaccionamos de manera desproporcionada en una discusión o sentimos un vacío emocional frente a determinadas actitudes de los demás.

Comprender esta dinámica nos ayuda a mirar nuestras relaciones con más compasión y responsabilidad.

Los tres niveles de relación según Un Curso de Milagros

El libro espiritual Un Curso de Milagros habla de tres niveles de relación:

  1. Primer nivel: contactos superficiales y de baja implicación emocional (como vecinos o conocidos).
  2. Segundo nivel: relaciones con un mayor grado de cercanía e intercambio, donde aprendemos y crecemos.
  3. Tercer nivel: vínculos más profundos y transformadores, con gran implicación emocional, como padres, parejas o amistades significativas.

Son precisamente estas relaciones de tercer nivel las que activan más intensamente nuestro niño interior, ya que nos enfrentan a heridas y aprendizajes fundamentales para nuestra evolución personal.

El encuentro entre dos niños interiores

Cuando nos relacionamos, en realidad se encuentran dos niños interiores. En cada conversación, gesto de cariño o conflicto, interactúan memorias inconscientes que buscan reconocimiento y sanación.

Al comprender esto, dejamos de interpretar las reacciones del otro como un ataque personal y podemos verlas como expresiones de un niño herido que busca amor, validación o seguridad.

Trabajar en la sanación del niño interior nos permite relacionarnos desde un lugar más consciente y amoroso. Reconocer sus heridas, escuchar sus necesidades y darle espacio en nuestra vida cotidiana no solo nos ayuda a crecer individualmente, sino que también fortalece nuestros vínculos más importantes.

Cada relación es una oportunidad para conectar con nuestro niño interior y con el del otro. Al hacerlo, convertimos nuestras interacciones en caminos de sanación, comprensión y amor.

Si quieres profundizar en cómo sanar tu niño interior y mejorar la calidad de tus relaciones, te invito a explorar más en mi página y ponerte en contacto conmigo.

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